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jueves, 30 de junio de 2011

QUÉ ES "INDIAN EXPRESS": DOSSIER PARA LA PRENSA

Indian Express

                                        Premio Azorín 2011            

Una novela intimista sobre la cara más oscura de la amistad, enmarcada en una India llena de contrastes y belleza

Che y Lola son amigas desde hace cuarenta años y para celebrarlo deciden ir a la India, el viaje que no hicieron juntas a los veinte años. Para Che será la primera vez y Lola quiere trasmitirle todas las emociones que sintió en aquel primer viaje que hizo sola y que ha repetido varias veces a lo largo de los años con sus dos maridos.

     En estos cuarenta años, Lola y Che han tenido una amistad tormentosa: se conocieron en una fiesta en 1968 y muy pronto se hicieron íntimas. Lola es hija de la alta burguesía catalana y Che, o Merche, como se la conocía entonces, no formaba parte del grupo de jóvenes burgueses que buscaban cambiar el mundo. Pero tendrán que pasar cuarenta años para que Che le confiese la verdad: que Merche Pagés no era una catalana de Vic de familia campesina, sino la hija de un guardia civil que se cambió el apellido y dejó su profesión de peluquera para sentirse a la altura de su nueva amiga, a la que nunca confesó su procedencia. Una hija de guardia civil que nunca sería bienvenida en el círculo de burgueses aprendices de rojos que formaban el círculo de Lola.

     Se habían conocido en un año de efervescencia en Europa y en el que el tardofranquismo permitía ya cierto margen de maniobra en una juventud deseosa de emociones fuertes. La India era por entonces el destino de todos los hippies del mundo y Lola convencería a Merche para ir a Londres y, de allí, viajar a la India. Pero algo pasó en Londres que Lola nunca supo y que llevó a Merche a poner mil excusas para no acompañarla a la India..

     Lola permanecería tres años en la India esperando a Merche, sin que ésta llegase nunca. Allí, Lola descubrirá la India por sí sola y el impacto y magia del primer viaje se mantendrá a lo largo de toda su vida.

     Cuando Lola vuelve de la India se reencuentra de nuevo con Che y juntas reemprenderán un viaje hacia Oriente que siempre cambia de rumbo. Hoy Turquía, mañana Egipto... Tras un tiempo dando vueltas por el Mediterráneo, llegan a Marrakech, donde Lola conoce a Jaime, su primer marido, y donde pasará algo terrible que la separará de Che durante muchos años.

     Ahora, Lola cree que ha llegado el momento de la reconciliación plena, de olvidar lo que las separó, y no quiere dejar pasar más tiempo sin mostrarle a su amiga la India de la que se enamoró hace cuarenta años. Todo parece ir bien hasta que recalan en el resort de Kovalam en Kerala donde han decidido descansar los últimos días del viaje. Che se ha convertido en una mujer complicada, una actriz reconocida que arrastra una pequeña cojera que siempre la ha acomplejado. Allí, la relación entre ambas comienza a deteriorarse rápidamente. El ambiente idílico del hotel se hace opresivo. Che se empeña en no participar en las actividades del hotel, en mantenerse encerrada con Lola en el bungalow, en evitar salir a cenar, arreglarse o comunicarse con el resto de los huéspedes. Es cada vez más sarcástica, más hiriente con Lola.

      Sin saber qué más hacer para complacer a su amiga, Lola acepta dejar el resort y viajar a Bombay. Pero, poco a poco, Lola irá descubriendo que la amistad que ella siempre ha considerado fundamental en su vida está plagada de mentiras y traiciones. En Bombay Lola redescubre la ciudad de su adolescencia, aquella que tanto la marcó, vuelve a sentirse libre y feliz, y comienza a revelarse contra la dependencia que siempre la ha atado a Che. Sus conversaciones ya no son espontáneas, ya no son las charlas de dos buenas amigas. Ahora todo es premeditación y rencor: "Nada ata más a las personas que la tiranía y la culpa", Lola al fin comprende que ésta es la auténtica relación que las ha unido a lo largo de los años. Será en Bombay donde Lola, por fin, descubrirá también la verdad al completo de una amistad que siempre ha estado envenenada por los celos y un secreto inconfesable.


Un emocionante relato de celos y venganza envuelto por un cálido manto de belleza y sensualidad


     Contada en primera persona con un estilo sensual y un tono de diario íntimo, en Indian Express Pepa Roma desentraña el lado más oscuro de la amistad, de los celos y de la posesión. Che es una persona amargada, envidiosa, y el viaje que hace con Lola se revela como una venganza largo tiempo larvada más que como el reencuentro de dos amigas. Todos los rencores, los malentendidos, los miedos de cuarenta años eclosionan para convertir lo que en teoría tenía que ser un viaje idílico en una pesadilla.

       Con Che, Pepa Roma ha sabido dar forma a la cara más oscura de la amistad: ha creado un personaje irritante, desconsiderado, ofensivo, rencoroso, vengativo, burlón, maníaco y ególatra. Una gran creación literaria que hace reflexionar al lector sobre la amistad y sus demonios. Lola hace repaso de su vida con Che y comprende lo destructiva que ha sido su relación, el daño que le ha hecho sin que se hubiera percatado de ello, pero también la comprende, comprende la rabia y la amargura de una mujer que ha tenido que abrirse camino a golpes en un mundo implacable:

     «Una mujer depositaria de una rabia superior a ella; depositaria de una furia que para su expresión sólo cuenta con un cuerpo tullido y las artes de escena. Se diría una réplica feroz de la mujer invisible que fue, que fueron todas las mujeres antes que ella, y que ahora tuviera que reclamar para sí todo el protagonismo que les ha sido negado a las mujeres desde que existe el mundo.»

     Indian Express es una historia intimista cargada de emoción sobre el paso del tiempo, la vejez y la pérdida de los amores y los amigos. Un relato sobre la amistad y la búsqueda de la identidad en un mundo globalizado de seres que se sienten cada vez más perdidos. Pero también el retrato de toda una época, los últimos cuarenta años de la historia de España, hecho de pinceladas sutiles pero muy certeras.

     «Puestos a ser todos de derechas, vamos al menos a serlo con estilo, parecía el moto de la época para los que seguíamos votando socialista. Había sido una entrada en los noventa por la puerta grande del tren de alta velocidad, el bolso caro y el cambio de imagen.»

       Pepa Roma traza una inteligente reflexión sobre un tiempo en el que se quiso cambiar el mundo, un tiempo de espiritualidad, marcado por la búsqueda de sí mismo, de viajes iniciáticos, un tiempo de utopias al que ha seguido otro de desencanto y desconcierto, del que los viajeros con los que se encuentran en la India son otro ejemplo.

     «Supervivientes que hoy vuelven a la India en busca del detox —el detox del estrés, el detox del somnífero, el detox del alcohol, el detox del absurdo—, como antes veníamos en busca de esa marihuana que iba a cambiarnos la percepción de la realidad, esa realidad de Occidente con la que ya no podíamos más; supervivientes que vuelven una y otra vez a la India como drogadictos que son, drogadictos de la India. Viejos nostálgicos junto a nuevos y jóvenes viajeros que vienen preguntándose qué es eso que vivieron los famosos hippies de otra época, de los que se dice que descubrieron en la India la forma verdadera de vivir.»

     Y es, en especial, una declaración de amor por la India, tierra repleta de contrastes, de belleza y horror, de naturaleza virgen y megalópolis implacables, donde lo ancestral convive con lo nuevo y la espiritualidad con el pragmatismo.  La India es la protagonista, pero no como un país sino como una idea, una búsqueda. Una India sensual y barroca, caliente y bella, eterna e inabarcable.

     «La misma tierra perfumada, el mismo vapor de agua emanando de los campos, como una segunda atmósfera caliente y húmeda que se pega a la piel. Añoro ese tiempo en el que viajaba, como si viajar en sí mismo fuera una cuestión de vida o muerte; con tanta avidez bebía el aire y devoraba horizontes. Cuando viajaba como si me dirigiera en dirección al origen del viento y el corazón de las olas. Cuando viajaba y mi vida nacía de sí misma, procreándose en estos paisajes. Cuando me bastaba con mirar al cielo para creer que el universo tenía un plan para mí y yo iba a su descubrimiento.»

       Así pues, una vuelta al pasado, un reencuentro con los miedos y los rencores antiguos, pero también el reencuentro con un ambiente único que lo envuelve todo y todo lo pone en su sitio.

     «La India es un estado de ánimo. Un estado de ánimo evasivo, que se sustrae y repliega en los parajes más propicios donde esperas encontrarlo, como en ese paseo en bote por el Vembanad o esos campos de té y lotos por los que pasamos. Un estado de ánimo que persigo desde el primer momento en que pongo los pies en la India y que, cuando desisto ya de encontrarlo, aparece por sorpresa en el lugar o momento más inesperado

           


Pepa Roma

La autora
Pepa Roma (La Sentiu, Lleida) ha vivido la mayor parte de su vida en Barcelona, donde estudió Filosofía y Letras y Ciencias de la Información en la Universidad Autónoma.. Durante sus años de formación alternó los estudios con largas estancias en el extranjero, incluido un viaje alrededor del mundo que duró dos años. Casi toda su vida profesional se ha desarrollado en el campo del periodismo activo. Ha trabajado en algunos de los principales medios de comunicación españoles: La Vanguardia, Tele/eXpres, El Periódico de Cataluña, TVE, El Globo o Diario 16.
Entre sus obras destaca Mandala (Alfaguara, 1997), que obtuvo el Premio Andalucía de Novela en 1997; la novela corta Cómo desaparecer sin ser visto (Exadra, 1991) y relatos como Adiós Estambul (accésit Premio Antonio Machado 1990). También es autora de los libros de ensayo De profesión, periodista. El diario como escuela taller (Anaya, 2000); Hablan Ellos (Plaza & Janés, 1998); Jaque a la Globalización. Cómo crean su red los nuevos movimientos sociales y alternativos (Grijalbo, 2001); La trastienda del escritor. Una vocación y un oficio (Espasa, 2003). Fue la editora y coordinadora de Ser hombre (Temas de Hoy, 2001) y dirigió la colección Modelos de Mujer, de la editorial Plaza & Janés.

(Dosier de prensa elaborado por Editorial Planeta para los medios de comunicación

ACERCA DE MI: de Bombay a Cartagena de Indias

Nací en La Sentiu, Lleida, España. A los siete años me trasladé a Barcelona con mi familia, donde estudiaría Ciencias de la Información y Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Antes de empezar la universidad, al terminar COU, en 1971, viví un año en Londres para continuar con mis estudios de Lengua y Literatura inglesa, iniciados en el British Institute de Barcelona, culminándolos con el Proficiency in English. Un diploma que se añadía al de la Universidad de Toulouse sobre lengua francesa.
Mis ansias viajeras creo que nacen en la infancia, cuando veo a las primeras caravanas de gitanos y troupes de circo pasando por mi pequeño pueblo en Lérida. "Cuando sea mayor, me esconderé como polizonte en un barco para ir a dar la vuelta al mundo", le decía desde muy joven a mi padre.
Mis primeros viajes fueron a Italia y otros países de Europa con mi madre. Pero a los 16, con la escusa de ir a practicar francés en una supuesta escuela que nunca existió, hice mi primer viaje en solitario a París.
Fue en los albergues de juventud de París y poco después en el Londres de los hippies donde descubrí las posibilidades de viajar con muy poco dinero y las rutas seguidas por los viajeros de la época.
Gracias a ello, a los 22 años, había ya vivido un año en Londres, un año en Australia, tres meses en California, seis en la India, y dado la vuelta al mundo.
En mi afán por descubrir una forma de vida compatible con seguir viajando, y tras coincidir en Malasia y Singapur con Leo Touchet, un famoso fotógrafo de Life que volvía de cubrir la guerra de Vietnam, al llegar a Australia, me inscribía en un curso de fotografía en la Universidad de Sydney. antes de saber que iba a estudiar periodismo, estaba ya haciendo de periodista.
Tras comprarme mi primera Nikon en Singapur, a la salida de Australia, para proseguir viaje por el Extremo Oriente y el Pacífico, hacía mis primeros reportajes sobre Indonesia, Taiwan, Corea, que serían publicados a mi regreso a España en revistas como Jano, Algo o La Gaceta Ilustrada -la revista más famosa de la época en la que publiqué el primer reportaje sobre Bali que se veía en España.
Así pues, estaba haciendo ya de periodista antes de saber que iba a estudiar periodismo.
Fueron viajes a los que seguiría, tras mi regreso a Barcelona para proseguir con mis estudios, otro a Africa de seis meses -en una travesía con otros dos amigos que nos llevó a cruzar el Sahara argelino en una camioneta y recorrer Mali, Alto Volta, Ghana, Costa de Marfil, Senegal...
Fue al regreso de África a fines de 1976 cuando volví plenamente a mis estudios en la Universidad y me integré totalmente en el equipo de TeleXpres -periódico ya mítico de la transición barcelonesa, donde había estado previamente en calidad de estudiante en prácticas, junto con La Vanguardia.
Al cerrar TeleXpres, a principios de los años 80, volví a colgarme la mochiola a la espalda para recorrer Turquía -donde me quedé otros tres meses- y diversos países del mundo árabe, Túnez, Libia, Marruecos, Irak, Egipto, Jordania, Siria, etc. para trabajar en ellos como periodista por cuenta propia o free-lance. De ese periplo volví con entrevistas a personajes como el primer ministro tunecino y el hijo de Burguiba, y numerosos reportajes que fueron publicados en diversos medios, entre ellos, Diario16 o La Vanguardia. 
De regreso, me integraba de nuevo en la redacción de un periódico, esta vez de "El Periódico de Catalunya".
En 1983, dejaba Barcelona para ir a trabajar en TVE en Madrid -Telediarios e Informe Semanal-. Desde entonces, he trabajado también en otros de los principales medios de comunicación españoles, como Diario16, El Globo, El País, una tertulia de Catalunya Radio, etc.
Aunque he cubierto áreas tan diferentes como política española, cultura, o entrevistas especiales, la relación con diferentes culturas y continentes continuaría a lo largo de toda mi carrera periodística como enviada especial a diversos escenarios para cubrir acontecimientos de actualidad mundial. Entre ellos la guerra Irán-Irak o conflictos como la revuelta marroquí de Fez en 1990; elecciones, referéndums y procesos de transición democrática en India, Filipinas, Corea del Sur, Sudáfrica, Chile, Argentina, Países Bálticos, Guatemala, Argelia, etc.; fenómenos sociales como la revolución conservadora de Reagan en EE.UU.; el auge del islamismo en países como Marruecos, etc. También en calidad de entrevistadora para las páginas del domingo o contracubiertas de diferentes periódicos, además de las entrevistas con personajes de diferentes campos de la cultura, la ciencia o la política española, destacan las realizadas a mandatarios internacionales como Nelson Mandela, Carlos Menem, Fidel Ramos, V.P.Singh, o tan determinantes en la política internacional como Michel Camdessus, el ex director general del FMI o Mike Moore, director general de la Organización Mundial de Comercio.
Mi experiencia en periodismo me ha llevado asismismo a trabajar como Directora de Comunicación en el Ministerio de Medio Ambiente (primer gobierno de Zapatero, 2004-8) y, anteriormente, como Directora de Comunicación del Ministerio de Justicia (1993-96, último gobierno de Felipe González), Así como en la Exposición Universal de Sevilla 1992, como subdirectora de Tele-Expo, la compañía formada por Televisión Española y Canal Sur para la difusión televisiva de Expo'92.
Mi primera incursión en la literatura fue con un relato breve "Adios Estambul", accesit del XIII Premio Antonio Machado (1989), al que siguió en 1990 la novela corta "Como desaparecer sin ser visto" (Exadra).
En 1997 obtenía el Premio Andalucía de Novela con "Mandala", noela publicada ese mismo año por Alfaguara. Mi tercer galardón y el más importante hasta la fecha ha sido por "Indian Express", Premio Azorín de Novela 2011 y publicado por Planeta. 
Entre mis libros, figuran también otros de ensayo, como "Jaque a la Globalización. Cómo crean su red los nuevos movimientos sociales y alternativos" (Grijalbo 2001), en el que se reúne mucho material periodístico de primera mano recogido en diferentes partes del mundo. Otros son "De profesión, periodista. El diario como escuela taller" (Anaya, 2000); "La trastienda del escritor. Una vocación y un oficio” (Espasa Hoy, 2003); "Hablan Ellos" (Plaza & Janés, 1998). He sido también editora y coordinadora del libro "Ser Hombre" (Temas de Hoy, 2001), así como de la colección Modelos de Mujer de Plaza & Janés.
En resumen podría decir que, desde que dejé mi pueblo a los siete años, más que cambiar de dirección, he ido sumando domicilios, dejando afectos, familia y lugares a los que volver. Así que hoy son ya cuatro mis domicilios o allí donde puede encontrárseme: La Sentiu, Barcelona, Madrid y Cartagena de Indias. Eso sí, manteniendo un ojo constante en la India, ese lugar que antes de los 20 años fue para mí la verdadera puerta de descubrimiento del mundo, el lugar donde siento que nací por segunda vez o nací para otra vida literaria y personal, y que por ello, siempre será mi patria de juventud, uno de esos lugares a los que volver una y otra vez para recordar quien eres y de dónde procedes.
mis estudios de Lengua y Literatura inglesa, iniciados en el British Institute de Barcelona, culminándolos con el Proficiency in English. Un diploma que se añadía al de la Universidad de Toulouse sobre lengua francesa.
Mis ansias viajeras creo que nacen en la infancia, cuando veo a las primeras caravanas de gitanos y troupes de circo pasando por mi pequeño pueblo en Lérida. "Cuando sea mayor, me esconderé como polizonte en un barco para ir a dar la vuelta al mundo", le decía desde muy joven a mi padre.
Mis primeros viajes fueron a Italia y otros países de Europa con mi madre. Pero a los 16, con la escusa de ir a practicar francés en una supuesta escuela que nunca existió, hice mi primer viaje en solitario a París.
Fue en los albergues de juventud de París y poco después en el Londres de los hippies donde descubrí las posibilidades de viajar con muy poco dinero y las rutas seguidas por los viajeros de la época.
Gracias a ello, a los 22 años, había ya vivido un año en Londres, un año en Australia, tres meses en California, seis en la India, y dado la vuelta al mundo.
En mi afán por descubrir una forma de vida compatible con seguir viajando, y tras coincidir en Malasia y Singapur con Leo Touchet, un famoso fotógrafo de Life que volvía de cubrir la guerra de Vietnam, al llegar a Australia, me inscribía en un curso de fotografía en la Universidad de Sydney. antes de saber que iba a estudiar periodismo, estaba ya haciendo de periodista.
Tras comprarme mi primera Nikon en Singapur, a la salida de Australia, para proseguir viaje por el Extremo Oriente y el Pacífico, hacía mis primeros reportajes sobre Indonesia, Taiwan, Corea, que serían publicados a mi regreso a España en revistas como Jano, Algo o La Gaceta Ilustrada -la revista más famosa de la época en la que publiqué el primer reportaje sobre Bali que se veía en España.
Así pues, estaba haciendo ya de periodista antes de saber que iba a estudiar periodismo.
Fueron viajes a los que seguiría, tras mi regreso a Barcelona para proseguir con mis estudios, otro a Africa de seis meses -en una travesía con otros dos amigos que nos llevó a cruzar el Sahara argelino en una camioneta y recorrer Mali, Alto Volta, Ghana, Costa de Marfil, Senegal...
Fue al regreso de África a fines de 1976 cuando volví plenamente a mis estudios en la Universidad y me integré totalmente en el equipo de TeleXpres -periódico ya mítico de la transición barcelonesa, donde había estado previamente en calidad de estudiante en prácticas, junto con La Vanguardia.
Al cerrar TeleXpres, a principios de los años 80, volví a colgarme la mochiola a la espalda para recorrer Turquía -donde me quedé otros tres meses- y diversos países del mundo árabe, Túnez, Libia, Marruecos, Irak, Egipto, Jordania, Siria, etc. para trabajar en ellos como periodista por cuenta propia o free-lance. De ese periplo volví con entrevistas a personajes como el primer ministro tunecino y el hijo de Burguiba, y numerosos reportajes que fueron publicados en diversos medios, entre ellos, Diario16 o La Vanguardia. 
De regreso, me integraba de nuevo en la redacción de un periódico, esta vez de "El Periódico de Catalunya".
En 1983, dejaba Barcelona para ir a trabajar en TVE en Madrid -Telediarios e Informe Semanal-. Desde entonces, he trabajado también en otros de los principales medios de comunicación españoles, como Diario16, El Globo, El País, una tertulia de Catalunya Radio, etc.
Aunque he cubierto áreas tan diferentes como política española, cultura, o entrevistas especiales, la relación con diferentes culturas y continentes continuaría a lo largo de toda mi carrera periodística como enviada especial a diversos escenarios para cubrir acontecimientos de actualidad mundial. Entre ellos la guerra Irán-Irak o conflictos como la revuelta marroquí de Fez en 1990; elecciones, referéndums y procesos de transición democrática en India, Filipinas, Corea del Sur, Sudáfrica, Chile, Argentina, Países Bálticos, Guatemala, Argelia, etc.; fenómenos sociales como la revolución conservadora de Reagan en EE.UU.; el auge del islamismo en países como Marruecos, etc. También en calidad de entrevistadora para las páginas del domingo o contracubiertas de diferentes periódicos, además de las entrevistas con personajes de diferentes campos de la cultura, la ciencia o la política española, destacan las realizadas a mandatarios internacionales como Nelson Mandela, Carlos Menem, Fidel Ramos, V.P.Singh, o tan determinantes en la política internacional como Michel Camdessus, el ex director general del FMI o Mike Moore, director general de la Organización Mundial de Comercio.
Mi experiencia en periodismo me ha llevado asismismo a trabajar como Directora de Comunicación en el Ministerio de Medio Ambiente (primer gobierno de Zapatero, 2004-8) y, anteriormente, como Directora de Comunicación del Ministerio de Justicia (1993-96, último gobierno de Felipe González), Así como en la Exposición Universal de Sevilla 1992, como subdirectora de Tele-Expo, la compañía formada por Televisión Española y Canal Sur para la difusión televisiva de Expo'92.
Mi primera incursión en la literatura fue con un relato breve "Adios Estambul", accesit del XIII Premio Antonio Machado (1989), al que siguió en 1990 la novela corta "Como desaparecer sin ser visto" (Exadra).
En 1997 obtenía el Premio Andalucía de Novela con "Mandala", noela publicada ese mismo año por Alfaguara. Mi tercer galardón y el más importante hasta la fecha ha sido por "Indian Express", Premio Azorín de Novela 2011 y publicado por Planeta. 
Entre mis libros, figuran también otros de ensayo, como "Jaque a la Globalización. Cómo crean su red los nuevos movimientos sociales y alternativos" (Grijalbo 2001), en el que se reúne mucho material periodístico de primera mano recogido en diferentes partes del mundo. Otros son "De profesión, periodista. El diario como escuela taller" (Anaya, 2000); "La trastienda del escritor. Una vocación y un oficio” (Espasa Hoy, 2003); "Hablan Ellos" (Plaza & Janés, 1998). He sido también editora y coordinadora del libro "Ser Hombre" (Temas de Hoy, 2001), así como de la colección Modelos de Mujer de Plaza & Janés.
En resumen podría decir que, desde que dejé mi pueblo a los siete años, más que cambiar de dirección, he ido sumando domicilios, dejando afectos, familia y lugares a los que volver. Así que hoy son ya cuatro mis domicilios o allí donde puede encontrárseme: La Sentiu, Barcelona, Madrid y Cartagena de Indias. Eso sí, manteniendo un ojo constante en la India, ese país que antes de los 20 años fue para mí la verdadera puerta de descubrimiento del mundo, el lugar donde siento que nací por segunda vez o nací para otra vida literaria y personal, y que por ello, siempre será mi patria de juventud, uno de esos lugares a los que volver una y otra vez para recordar quien eres y de dónde procedes.

lunes, 27 de junio de 2011

"UN AUTÉNTICO NOVELÓN... GENIO DE LA LITERATURA": ASÍ HE SIDO RECIBIDA EN LAS RADIOS DEL LEVANTE ESPAÑOL



"Un auténtico novelón... uno de esos descubrimientos en la librería que no te esperas,... un libro excepcional..., merece un lugar preferente... Pepa Roma se ha revelado como un auténtico genio de la literatura". Después de las palabras dedicadas a "Indian Express" por Juanvi Centelles, el experto literario de Bon Matí, en el programa de Ximo Rovira de Radio9, donde esta mañana me han entrevistado en directo, cómo no quedar conmocionada y desear compartirlo con vosotros.
Sobre todo viniendo de alguien que es considerado todo un referente de la crítica y debate literario en la Comunidad Valenciana como Juan Vicente, de la librería Argot, y comentarista de algunos de los programas literarios de más prestigio en el Levante, como el de la Ser en Castellón, donde hizo ya una reseña de "Indian Express" el pasado viernes, y "Rellotge d'Arena", el espacio literario de Bon Matí. Y eso que no le conocía antes de esto. Gracias Juanvi por tu generosidad. Me habeis hecho sentir merecedora del Premio Azorín que recibí en vuestra tierra.

Aquí está el enlace con Bon Matí de la Radio de la Comunidad Valenciana para los que querais escucharlo

http://www.ivoox.com/pepa-roma-ximo-rovira-radio-9-audios-mp3_rf_713348_1.html


Y, a continuación, la reseña que hizo el pasado viernes Juan Vicente en el programa de libros de la Ser, en el que dedicaba a "Indian Express" palabras como: "es una novela que te marca, que te llega al corazón, impactante".

http://www.ivoox.com/indian-express-pepa-roma-premio-azorin-2011-audios-mp3_rf_710702_1.html

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"LA INDIA ES UN ESTADO DE ÁNIMO": entrevista con música para alucinar


"La India es un estado de ánimo", una de las frases de "Indian Express" más repetidas en prensa se hace aquí realidad en este programa de radio 5, de RNE, donde me entrevistan y leen fragmentos de mi novela con el acompañamiento de la mejor música india del momento. Música para alucinar.


http://www.ivoox.com/marcapaginas-indian-express-25-06-11-audios-mp3_rf_711710_1.html

domingo, 26 de junio de 2011

¿QUÉ PREOCUPA A LAS MUJERES? "INDIAN EXPRESS" EN DOMINICALES Y REVISTAS FEMENINAS

De "Indian Express" se ha dicho que es una novela con varias novelas dentro: la novela de un viaje a la India, una novela de iniciación, una novela generacional, de la Barcelona de la burguesía y mayo del 68. Pero lo que parece haber interesado más a buena parte de las lectoras es la relación de amistad, en la que el afecto compite con la rivalidad, entre las dos protagonistas, Lola y Che. Desde "Mujer de Hoy" a Clara, Woman o Mia, todas las revistas femeninas han puesto el acento en este aspecto. ¿Por qué las mujeres podemos establecer enganches tan fuertes entre nosotras?, ¿en que es diferente nuestra relación a la que establecen los hombres entre ellos? Qué hay de las relaciones tóxicas, las pullas y agresividad encubierta en el lenguaje femenino, lo que se esconden las amigas más íntimas, son preguntas que siguen haciéndome en las entrevistas también por radio. Lo que demuestra cuánto preocupa a las mujeres la relación con las amigas u otras mujeres.
"La venguanza se sirve en plato frio" titula Mia su reseña sobre "Indian Express".
También el título de esta entrevista que me hace Fátima Uribarri para Época, el suplemento dominical de La Gaceta, habla por sí mismo.

viernes, 24 de junio de 2011

De "Las noches blancas" a "Dragolandia": la dimensión más espiritual de "Indian Express".



¿Para qué escribimos los escritores? Supongo que para conectar con lectores como Juan Luis Gordóbil. Para quienes no hayais podido ver el programa Las Noches Blancas del 8 de junio, donde Fernando Sánchez Dragó me hace la entrevista más a fondo sobre "Indian Express", aquí va la reacción de uno de sus espectadores y lector de mi novela en una carta que se reproduce en "Dragolandia".


“Fernando:
Ya he leído el libro de tu amiga Pepa Roma, Indian Express. Sí, está muy bien, me ha gustado. Me decías en tu mail que hablaba de mundos afines a ti y mí. Claro que sí: Ahí están el viaje, escribir, reconciliarse. El viaje para cortar amarras, el viaje sin rumbo fijo, vivir para viajar o viajar para poder vivir. O, escribir para viajar y viajar para escribir. Y una idea que en cierto modo me ha conmovido: Reconciliarse es a veces despedirse, aunque a menudo, después de la despedida, te das cuenta de lo importante que hubiera sido reconciliarse a tiempo.
Y habla también de mundos antagónicos. El que -por un lado- representa Che (el nombre, no sé si elegido a posta, le va como anillo al dedo): superficial, ambiciosa, feminista, posesiva, autoritaria, celosa, envidiosa, capaz incluso, de segar la vida del hijo que lleva en sus entrañas. Che, representa la peor cara de occidente, la que por desgracia, con prisa y sin pausa, se va imponiendo. Un mundo en letargo, de ciegos, de resentidos, de zombis, de fantoches que palmotean y gritan allá donde el espíritu aconseja y reclama el silencio, para hallar una rendija por la que manifestarse, de gente sin alma, que no sabe de dónde viene ni adónde va, ni falta que les hace, piensan ellos.
Lola, es la otra cara (ya difuminada, casi inexistente) de Occidente. Lola es la poquita agua de mayo que nos queda, el mástil al que amarrarnos para desoír los  cantos de sirena que resuenan. Lola no es perfecta, no, pero al menos  sabe distinguir entre caminos.  La pija de familia bien, la progre que fue en sus tiempos, la chica rebelde que hizo el gran viaje, irse a la búsqueda de la India (un mundo, o mejor dicho, un universo por sí misma, o un “estado de ánimo” como dice Pepa), la de los hippies, en la que, por cierto, Dionisio (ahí apareces tú) también se encontraba, en pos de aquel antiguo ideal: “arrancar lo que nos sobra, limpiar lo oscuro hasta hacerlo brillar”.
Es curioso que casi todos los buscadores de entonces, los que os  rebelasteis  y os dispusisteis a cambiar el mundo, perteneciérais  a familias acomodadas y recibiéseis una exquisita educación en colegios de postín. Yo mismo, que también pretendo caminar por esos mismos senderos, y aunque no era de familia acomodada, sí tuve una infancia plácida y me llevaron  a un buen colegio de curas. Por el contrario, quienes pasaron más penurias y sufrieron carencias, por lo general, viven con el resentimiento a flor de piel, lo que les impide avanzar.
Volviendo a vosotros, queríais  un mundo distinto, mejor, más feliz, un mundo que finalmente se fue al traste, un mundo (Lola es consciente de ello) que hoy se acaba y que lo hace, precisamente (me parece a mí), por la idea que tú, Fernando, plasmas en una frase magnífica que aparece al final del libro Dios los cría: “¿El mundo moderno? Cosas que no necesitas”. Incluso el título del libro, Indian Express, que yo atribuí a priori y erróneamente, al viaje, viajar en tren, zascandilear sin rumbo fijo por los caminos, significa  algo que redunda en esa misma idea: la de que todos los símbolos y toda la ilusión, lo “sagrado” de vosotros, los de entonces, están siendo sustituidos por la repugnante y malintencionada asepsia de occidente. El mítico Tanjore (escribe Pepa), más que restaurante, templo de la danza india, hoy sólo es un establecimiento funcional y sin  carácter: el Indian Express. También en Dios los cría sugieres, Fernando, eso mismo, que yo, además, muchas veces había pensado, y es que (no es exacto, escribo de memoria y seguramente con inexactitud) con cada taberna o comercio con solera que cierran en tu barrio, una parte de ti, muere también.
    Y por último, tal vez sea posible que el mundo se esté agotando, por el desgaste de millones de personas dándole vueltas y revueltas a sus cabecitas pensantes, por eso que el yogui Kovalan afirma en este libro: que Lola (los occidentales en general, diría yo) “tiene la enfermedad de pensar”. 
Me ha pillado este libro, Fernando, en un momento especial, en el que necesitaba leer algo así, algo que me reafirmase en el camino al que hace más o menos un mes, me había vuelto a reenganchar. Entonces, de nuevo, comencé a practicar la meditación con asiduidad. Llevaba casi tres años meditando de forma esporádica, lo que no sirve absolutamente para nada. Pero cuando la realizas una o dos veces al día, como yo hago ahora, tu percepción cambia. Y sientes que ese camino es el correcto y por ende, que la vida dormida de los que te rodean, vale muy poco, pesa muy poco.
Esto que viene a continuación, es parte de lo que hace unos diez días, antes de leer este libro, escribía en mi cuaderno:
No niego que la meditación pueda convertirse en adictiva. Floto, fluyo, me encuentro y reencuentro conmigo mismo (con la mejor versión posible), me uno e integro a la totalidad. Así que en tal estado, vibrando en éxtasis (se llega a ese punto si la meditación se realiza correctamente), lo que el cuerpo y el alma me piden, lo que me exigen, es que lo repita una y otra vez, que me siente con la espalda recta y me cobije, como una llamita que tenue, sin estridencias, luce, dentro de ese minúsculo rincón,  que es nada más que mi corazón y nada menos que el universo. Sí, el universo (no exagero); a él me encomiendo, a él me entrego, a él me uno, con él me fundo. A ese universo, que también, es yo.”
Este libro, los tuyos, los de Fernando Díez, los de Ramiro Calle… son esas llamitas que resisten y que de alguna manera impiden que el mundo se apague del todo.
No te entretengo más. Tus memorias, tus jurados, tus conferencias, tus ferias de libros… te reclaman.
Junto las manos, inclino la cabeza y te digo (también  a Pepa, aunque no lo sepa) NAMASTÉ.


Namásté, también yo junto las manos para devolver el saludo a Juan Luis.

En el regazo de Buda, en uno de mis varios viajes a la India y Katmandú

sábado, 18 de junio de 2011

DE VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO CON EL PROGRAMA "LEVANDO ANCLAS"

Subiendo los 2002 escalones del peregrino que llevan a un templo de Tamil Nadu, en uno de mis múltiples viajes a la India

La escritora Pepa Roma, autora de 'Indian express' en Levando Anclas, de Radio Euskadi
Duración programa: 113:27. Interveción de Pepa Roma: 00.57 a 1.17.00
  • Presentamos el proyecto de una vuelta al mundo en familia. Rubén Alonso relata un largo periplo de Nueva Zelanda hasta Vitoria-Gasteiz. Visitó las junglas de Papua y se movió por un país tan desconocido como Timor Oriental. Pepa Roma nos presenta la novela Indian Express inspirada en sus múltiples viajes por la India. Y nos comunicamos con los componentes de Tandem Nostrum, la vuelta al Mediterráneo en un tandem.
Así ha sido presentada mi participación en el programa más viajero de la radio española, Levando Anclas, los domingos en Radio Euskadi. Música india y el "Magic bus" de los Who nos acompañan en un viaje por los escenarios de "Indian Express", pero también por los escenarios del gran trek hippy que inspiraron mi primera novela "Mandala" en mi primer viaje a la India en 1972. La India como primera estación de paso de mi vuelta al mundo a los 20 años que me llevó a recalar un año en Australia, y otro tiempo en Sausalito y Berkeley, tras seguir periplo por el Extremo Oriente y el Pacífico. Qué buscaba, qué encontraba... Tal vez ni yo misma me lo he preguntado nunca de forma tan clara como en Levando Anclas.
Pero así es todo el programa, no dejan tema o personaje sin darle la vuelta. Para los que no hayais podido escucharlo en directo en Euskadi, aquí está:

http://www.google.com/url?sa=X&q=http://www.eitb.com/audios/radio/radio-euskadi/programas/levando-anclas/detalle/675432/la-escritora-pepa-roma-presenta-indian-express/&ct=ga&cad=CAcQAhgAIAEoBDAAOABAotm07wRIAVgAYgVlcy1FUw&cd=eld_lDWPQb0&usg=AFQjCNHA2rTKuBpo8cgSO-qZaUu023Kt7A




viernes, 17 de junio de 2011

EN LA TRANSICIÓN BARCELONESA, UNO DE LOS TEMAS Y ESCENARIOS DE "INDIAN EXPRESS"

LA TRANSICIÓN EN ESPAÑA

Lola, una de las protagonistas de "Indian Express", deja la ruta del hachis y vuelve de viaje para poder asistir al primer mitin de Felipe González en España, el que marcó la legalización de los partidos. Yo, en cambio, tuve que ir a Nueva York para conocerle. Las protagonistas de mi novela no son periodistas, pero saben que España está cambiando y vuelven para implicarse. Pero, salvando las diferencias, el contacto directo con los políticos del momento que me permitió el ejercicio del periodismo seguramente ha tenido mucho que ver con el retrato que se hace de la época en "Indian Express".
En esta foto aparezco en el Empire State Building de Nueva York, con Felipe González, en su primer viaje como jefe de la oposición tras las primeras elecciones democráticas de junio de 1976. Era también uno de mis primeros trabajos como periodista, en esta ocasión para Interviu. A la izquierda, Enrique Sarasola, acompañante de Felipe, y a la derecha, Soledad Álvarez Coto, jefa de nacional del recien nacido El País. Es una foto, al igual que las que siguen en este album de los 70, tomada por Manel Armengol, también enviado por Interviu, el fotógrafo de la transición cuyas fotos de la brutal represión de una de las últimas manifestaciones por la democracia en Barcelona dieron la vuelta al mundo.


EN LA BARCELONA DE LOS AÑOS 70

Soledad Puértolas dijo en la presentación de "Indian Express" en Madrid que se trataba de una novela con varias lecturas y recorridos, varias novelas en una. Y así ha sido descrita ya por muchos: una novela de iniciación, una novela sobre la amistad, una novela sobre la India, una novela sobre los conflictos de identidad en el mundo globalizado de hoy. También una novela generacional que habla de las utopias en la Barcelona de la transición



Ser fotografiada en los 70 por Manel Armengol viene a ser para alguien de Barcelona poco menos que ser fotografiada por Avedon. Cronista de la vida pública tanto como de la privada, el reencuentro con la familia TeleXpres me ha permitido reencontrarme con sus fotos, algunas inéditas para mí hasta hoy.
Al ver esta foto he pensado que sí, que no me lo había inventado, que un día fuimos felices. La enorme esperanza en el futuro de nuestro país era suficiente para hacernos sentir optimistas, salir a la calle a bailar o sumarnos a los correcalles de Els Comediants. Creo que Manel capta en esta foto de 1977 el estado de ánimo alegre y desenfadado que teníamos en la época.



No recuerdo en qué casa fueron tomadas las anteriores fotos, si en la mía o en la de cualquier otro amigo, ya que por entonces todas las casas eran un poco las casas de todos. Lo que es seguro es que sería en alguna de las viejas casas de El Born, el barrio del que los estudiantes habíamos hecho nuestra "rive gauche" barcelonesa -ese tema tan presente en "Indian Express"-. Pero ahí estaba Manel, con quien, además de trabajar juntos en reportajes, compartía el grupo de amigos que nos reuníamos en bares como Casa Lola, del que era también asiduo Ramón Barnils, el periodista más libertario que ha tenido no sólo TeleXpres si no también Barcelona.




Con mi amiga Gertrud, una de las muchas que pasó o vivió en mi casa de el Born. Como tantos estudiantes de la época, había dejado la casa de mis padres en la zona alta de Barcelona para alquilar un piso en el barrio de la "movida" catalana, gracias a mis primeros ingresos en TeleXpres donde empecé a trabajar desde mi primer curso de periodismo. Ese barrio donde formábamos una especie de familia extendida que en parte coincidía y se solapaba con la familia periodística de "TeleXpres"




Le había visto prestar atención al detalle, al gesto, a las pequeñas cosas cada vez que tenía a alguien delante y no podía resisitirse a echar mano de su cámara, ahora veo que también lo hizo conmigo.
Otra de las fotos tomadas por Manel Armengol que seguramente sorprenderán a los que le conocen por aquellas impactantes imágenes de las últimas cargas policiales del franquismo que dieron la vuelta al mundo. Lo que nos demuestra que el arrojo necesario para meterse entre los escudos y balas de goma no es incompatible con una rara sensibilidad y delicadeza para captar lo más sutil de las relaciones y de las escenas cotidianas.



Yo pintándome ante el balcón, y Gertrud, Manel y otros amigos seguramente esperándome para salir. ¿Cómo se las arreglaba Manel para sacarnos estas fotos sin que ni siquiera nos apercibiéramos de que iba con su cámara encima? Esto todavía no me lo ha contado. Tal vez en el próximo encuentro de TeleXpres.




Mientras las chicas nos arreglábamos para lanzarnos a tomar la calle los geranios esperaban sedientos un poco de agua. Manel, seguramente cansado de esperarnos se dedicó a lo suyo, rastrear el ambiente en busca de otros seres que merecían un poco más de atención. Quien sabe si en nuestros arrugados y pobres geranios de nuestro balcón no se encuentra ya el anuncio o anticipo de esas fotos sobre la naturaleza que tanto recuerdan al arte zen y que son hoy objeto de sus exposiciones internacionales.




Lo público, lo privado, pero sobre todo, el ambiente de lá época, aquí en una comida en uno de los restaurantes populares con compañeros de la prensa ¿cómo iba a perderse algo así un fotógrafo todo terreno, el más versatil, el más libre? Un ojo privilegiado para captar los signos de los tiempos, aquel al que nadie ha logrado todavía atar a una silla -bueno, supongo que excepto a la del ordenador donde hoy debe procesar sus fotos. Gracias Manel, por dejarnos todos estos testimonios.



DE LOS RECUERDOS A LA FICCIÓN

En algún altillo debo guardar fotos de la época y sus personajes diversos, que algún día encontraré. Pero el reencuentro con estas fotos de Manel Armengol creo que merece un aparte, no tanto por la historia social que en ellas se cuenta -que para eso ya debe guardar miles en sus propios archivos-, si no por la historia personal, el estado de ánimo, la atmósfera de intimidad compartida que marcaba nuestras relaciones personales, que sólo él podía captar.

Fotos, en definitiva, que me recuerdan una época vivida, con sus emociones, sensaciones y experiencias, que ha inspirado muchos de los pasajes de "Indian Express"

Pero, como se ponía antes delante de todo libro: todo parecido con la realidad es pura coincidencia.

La realidad nos inspira, marca, alimenta, pero para pasar por una especie de transubstanciación o convertirse en otra cosa por obra de la literatura, la nostalgia y los sueños.

martes, 14 de junio de 2011

CUESTIONARIO PROUST - Pepa Roma se somete a las preguntas más indiscretas

Quien soy, a quien admiro, qué detesto, pasiones y defectos, todo en el Cuestionario Proust de Sigueleyendo



http://www.sigueleyendo.es/el-proust-de-pepa-roma/


EL PROUST DE PEPA ROMA

Su virtud favorita: “La justicia”
La cualidad preferida en una persona: “La sinceridad”
La cualidad que te define: “La perseverancia”
Qué aprecias más en un amigo: “Que desee lo mejor para ti”
Tú principal defecto: “Los miedos”
Tu ocupación favorita: “Bailar”
Cuál es tu idea de felicidad: “Contemplar el mar cogida de la mano de tu amor”
Cuál es tu idea de la desgracia: “Ser rechazado y abandonado por los tuyos”
Si no fueras tú, ¿quién te gustaría ser?: “Una bailarina de West Side Story o una cantante como K.D. Lang”
Dónde te gustaría vivir: “En Bali o al sur de Madrás”
Tu pájaro favorito: “El gorrión”
Tus autores de ensayo preferidos: “Michel Butor, Levi-Strauss, Mircea Eliade, V.S. Naipaul, Octavio Paz”
 Tus poetas favoritos: “Amaru, Antonio Machado, Miguel Hernández, Gabriela Mistral, Rumi”
Tus héroes de ficción predilectos: “Don Quijote, Ulises, Traveller, Bloom, Ferdinand”    
Tus heroínas de ficción predilectas: “Ana Karenina, Sita, La Maga, Molly, Mrs Moore”
Tus pintores y músicos favoritos: “Picasso, Frida Kahlo, Bach, Mahler, Ravi Shankar, Anthony and the Johnsons”
Tus héroes en la vida real: “Nelson Mandela, Nehru, Ralph Nader, Monseñor Gerardi”        
Tus heroínas en la vida real: “Louise Hanun, Jody Williams, Rachel Carson, Wangari Maathai, Amy Dean, Maria Maniscalco, Navanethem Pillay, Aung San Suu Kyi”
El personaje histórico que más detestas: “Hitler”
Tu comida y bebida favoritas: “Curry y cava”
Tus nombres favoritos: Ana, Parvati, Esmeralda, Dionisio
Lo que más odias: “La manipulación, la doblez, la envidia”.
El episodio militar que más admiras:”Ninguno”
La reforma que más admiras: “La transición española”.
El talento natural que te habría gustado tener: “Para la danza o para la música”.
Cuál es tu estado de ánimo actual: “Alegre”.
Con qué te muestras más tolerante: “Con la ingenuidad o ignorancia sin pretensiones”.

domingo, 12 de junio de 2011

LA PRENSA CATALANA REVIVE MOMENTOS HISTÓRICOS EN EL HOMENAJE Y DESPEDIDA A JOAQUIN IBARZ

Con Joaquín Ibarz, a mi derecha y Miguel Ángel Bastenier (entonces director de TeleXpres) y José Sanchez, reportero de Interviu, a mi izquierda (derecha de la foto), 1978

LA GRAN FAMILIA "TELEXPRES"

Mientras Madrid vivía los últimos días de la Fería del Libro, Barcelona vivía uno de los momentos más emotivos para la prensa catalana, la última despedida en un homenaje el viernes al mediodía en el Colegio de Periodistas a Joaquín Ibarz, nuestro antiguo compañero de TeleXpres y en los últimos años corresponsal de la Vanguardia en México. Un acto al que asistió la prensa catalana en pleno, para la que Joaquín Ibarz ha sido un referente.
La noche antes, los antiguos compañeros de TeleXpres nos adelantábamos al acto con una cena histórica que congregó por primera vez en muchos años a todos los que habíamos trabajado en el mítico periódico. Creo que es como le habría gustado a Quim -así seguimos llamándole- vernos por última vez: juntos, charlando y disfrutando del encuentro alrededor de una mesa. Que así es como le gustaba encontrarnos a los amigos con los que no había dejado de tener contacto cada vez que se permitía una escapada desde México a Barcelona. Motivo suficiente para que el tam-tam Villagrasa (otro telexpresero hoy en La Vanguardia) nos convocara para una cena.
Para todos los que estábamos ahí, Joaquín Ibarz ha sido un referente, pero para mí fue también uno de los primeros jefes y maestros que encontré en TeleXpres -donde empecé a trabajar desde mi primer año de periodismo en la universidad- junto con Ricardo Mazo -jefe de internacional-, y los también desaparecidos José María Huertas Clavería -reporterismo y local- y Ramón Barnils -Cultura-.
Fueron mis maestros, aquellos gracias a los que empecé a amar en verdad el periodismo, pero sobre todo, aquellos que con su compañerismo, comprensión, apoyo y sentido del humor me facilitaron enormemente mi aterrizaje en la realidad española de regreso de mi periplo por Oriente en busca del Nirvana.
Es en TeleXpress donde la María José con la que firmaba mis primeros reportajes fue rebautizada por Ramón Barnils como Pepa, el nombre con el que hasta entonces me llamaban sólo los íntimos.
Si muchas veces se ha dicho que de las diferentes cosechas o generaciones de periodistas que pasaron por TeleXpress desde que se fundó hace 47 años, se ha nutrido buena parte de la prensa catalana, ya que no hay periódico que entre sus figuras destacadas no se encuentre a alguien que proceda de TeleXpres, creo que, también para mí, todo lo que ha dado algún fruto procede de las semillas que esos buenos compañeros dejaron en mí.
TeleXpres cerraría al filo de los 80, como otros periódicos decisivos de la transición, pero la admiración por esas figuras como Joaquín Ibarz, el primero al que veía lanzarse a cubrir conflictos como el del Sahara, sería decisiva a la hora de orientarme yo misma como periodista, y, sobre todo, como enviada especial para algunos de los principales medios de nuestro país a numerosos conflictos y escenarios, desde la guerra Iran-Irak a Sudáfrica, el Chile de Pinochet, Argentina, la Argelia de los generales, Guatemala, Filipinas o Corea, y entrevistar a algunas de las figuras más relevantes de la esfera internacional del momento, desde Nelson Mandela a presidentes de diversos países. Una serie de experiencias que han nutrido algunos de mis libros de ensayo como "Jaque a la globalización. Como crean su red los nuevos movimientos sociales y alternativos", que no es más que una crónica de las sociedades, las voces de la calle, las que me enseñaron a buscar y escuchar tanto Quim como Huertas Clavería, aquellas con las que contrastar constantemente la versión oficial de los hechos. O también el ensayo "De profesión periodista. El diario como escuela taller".
TeleXpres fue para mí la entrada en la época dorada del periodismo, aquella que parece muy lejos de repetirse. Pero, por extraño o lejano que parezca el periodismo del lenguaje literario, también donde probablemente nace la escritora.
Allí aprendí el rigor y el valor de las palabras, la implicación a fondo en los temas, la distancia necesaria para abordar cualquier historia, observar al ser humano y situarlo en el mundo en el que le ha tocado vivir. Por ello, a pesar de la gran distancia y tiempo transcurrido, siento que un hilo invisible tal vez para los demás, pero no para mí, une mis primeros reportajes en TeleXpres a mis novelas como "Mandala" o "Indian Express". Los dos premios por ellas, el Andalucía de Novela y el Premio Azorin, probablemente sólo son la parte más visible y actual de un premio más permanente y anterior: ese de aterrizar y ser acogida en la familia TeleXpres.
Por todo ello, nunca estaré lo bastante agradecida a los que han sido mis maestros y verdaderos padres del periodismo, Joaquín Ibarz, Huertas Clavería, Ramón Barnils, y el último de ellos que nos queda, Ricardo Mazo. Y también a Miquel Villagrasa, a quien debemos el habernos mantenido conectados durante tantos años, como hacen los pater familia en las fechas señaladas.


Con compañeros de TeleXpress comiendo en uno de los restaurantes populares de la calle Tallers (foto de Manel Armengol, el gran cronista gráfico de la época)